poesía-texto-prosa

Hoy me permito hacer prosa en vez de poesía... 

Es curioso que tus letras, sean como pequeños caracoles avanzando al unísono lentos, firmes, valientes pero con el temor de no saber que habrá al final del camino... 

Es curioso también que me letra sean truenos, de trazo volátil, como los sueños de un poeta, que imagina hasta dormido una vida digna de un soneto. 

Y sí, es curioso que dos estilos tan discordantes, tan aparentemente incompatibles hayan llegado a este punto. Sé que el Caracol teme al trueno, pero también sé que ama la lluvia, pero no esas lágrimas amargas que desprende el cielo... Ante una tragedia, un fracaso, un error.  Sé que el caracol ama las formas de las nubes, y la suave caricia del agua en su caparazón, el Rocío... 

También sé, que el trueno requiere de nubes, repletas de energía, negras, como tus caparazón... Y a ti te gusta el azul de ese cielo embravecido...

Algunos dirán que es difícil, lo mundano. Un amor entre ser vivo y ente abstracto, que la energía del trueno es efímera y que tu concha permanecerá impertérrita en la tierra, cuando el mundo deje de ser mundo hecha fósil... 

Pero, se equivocan, la energía siempre permanece en el cielo, nunca se acaba, eterna, pero cuesta que se muestre. Sólo cuando se dan ciertas condiciones... 

Y creo que tú, pequeño caracol, puedes hacer que quiera una tormenta diaria, que quiera salir cada noche, a iluminarte al lado de esas estrellas que tu, oh caracol sí puedes contemplar. 

Comentarios