La inspiración no llega sin más

Esa libertad mal entendida, Esa falta de ganas de querer, Ese amor de burdel, Al acabar cama vacía, Querer se volvió utopía, Todo es ya atadura, Corazón lleno de estrías, Vaivenes de temperatura... Latir de más y de menos, Todos jueces del buen querer, Echado de entrada el freno, No se puede volar con miedo a caer... Así que quiero como un niño, Aunque ya no estén de moda, Las campanas de boda, E ir de la mano se considere indigno... Pueden odiarme, Don Juanes y don Juanas, Yo seguiré siendo de baladas, No podrán cambiarme.

Todo se me hace amargo, Te añoro, y aún no te fuiste, O sí, sin embargo, sin ti, El café corto se me hace largo, Infarto tras infarto, Imploro, Un acomodo emocional, Para este hombre triste y solo, Por perder lo que no tuvo, No mantenerte supo, Y ahora que te vas, Sólo le queda paliar con lágrimas, Sabor cerveza, estando aún en mi cabeza, Difícil se me hace avanzar, Así que buen viaje bon voyage, Espero que, haciendo bagaje, Ningún paisaje del norte te haga olvidar, Que no hay experiencia ni mensaje, Ni sueño ni pensar… Que despertar junto a quien quieres, Pero preferiste marchar, Y ya sólo me queda añorar… Este amor “impermanente”