La inspiración no llega sin más

 De nombre exótico, Proceder metódico, La queja, la riña, Normal que estriña, Vieja que va de niña, Abraza otra bandera, Será que le acompleja, ¿La suya?, Normal que huya, De la verdad,  de una soledad, Vendida como autoimpuesta, Será que entre tanta gresca, No hay momento que acontezca, Que merezca, Perder el tiempo en ella, Se cree dueña, De la verdad absoluta, Ni se inmuta al juzgar con dureza, A lo demás, No hay como no hacer nada, Para poder juzgar, Con presteza, Lo que otros a tu parecer hacen mal... Triste proceder, De esta ermitaña sin decoro, De esta bufona en trono, De esta que busca migajas, Persona piltrafa, Arrastrada... Júzgate tú misma, O mejor, no digas nada.

 Día nublado, Café insumiso, No me evado, De este estrado, De jueces descarnados... Soy presa de mi enfado, Del desatino, De estos malparidos, Que ponen cuchara en guiso, ajeno, Y bueno, todos son buenos, Leídos, loables, Mezquinos, Así que exprimo, Los momentos de paz, que permiten, A este trasnochado galán, que entre dimes y diretes, esquiva los convites, cual esquivo, Mozalbete, Café solo y sólo, Mejor solo, que mal acompañado, Ya no me daño, Compartiendo mesa.