lejana

Desde una tierra lejana, 
Llegó la presentadora, 
Nunca se rinde ella, 
Tamaña inquisidora,
Siempre leyendo en la sombra, 
Siempre atenta, 
Cual serpiente, 
Me llama mala gente, 
Severo indolente, 
Pero yo sé que miente, 
Ya que sigue leyendo... 

Y pasan meses y meses, 
Y sigo viendo,
Que lee... 
Será que no me olvida, 
Que le duele la mentira, 
O su mal proceder... 
Amante de la poesía, 
Amante de la agonía, 
De no querer saber, 
Si acaso funcionaría, 
Lo que quiso detener...

Y un bledo le importó, 
Tomar una decisión, 
En la que no tuve voz ni voto, 
Repitió esa canción, 
Es lo mejor para nosotros... 
Y se escurrió, escondida en su país,
Teniendo un vis a vis, 
Con mis versos a escondidas... 
Esa mujer escocida, 
 malvada y consentida, 
De un país que rima con añil, 
Con una actitud pueril, 

Ahora se las da de espía, 
Cuando leas estos versos... 
Ten en cuenta que aunque no quieras, 
Me enteraría, 
Que sigues leyendo mis versos,
Acaba ya la tontería, 
Si te vas te vas con todo, 
Si te quedas afróntalo, 
Pero más vale un dolor sincero, 
Que ese quiero y no puedo, 
Que sale a relumbrón, 
Con tanta visita vacía, 
Con la tiranía del bloqueo... 
Con ese ahora me hice un "dedo", 
Pensando en tus virtudes, 
Pues ya no dudes, 
Si te vas te fuiste, 
Si te quedaste acéptalo, 
Pero ya no eres una niña, 
Acata ya (por favor) tu decisión. 


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