De sopetón

De sopetón,
Me entero,
De un adiós,
Venidero,
Que ya no soy un cielo,
Sino alguien incompatible,
Que tengo un humor burdo,
Que soy absurdo,
Inservible,
Nunca jornadas de reflexión,
Sirvieron para tan poco...

No perdonaré su equívoco,
Me he vuelto rencoroso,
Será divertido,
Cuando le pase lo mismo,
Y el otro sea quien reflexione,
Sobre sus errores,
Yo no le vi ninguno,
Pero fruto de los sin sabores,
De este puñal repentino,

Veo un aire sibilino,
En esta Idus de mayo*,
¿Tú también hija mía?
Quizás fueron tus lacayos,
Que disfrutaron de mi desmayo,
Al ver la sangre brotar,
Del puñal que me endosaste,
Sin error ni señal,
Sin echarme en cara más fallo,
Que lo que tu pérfida mente vio,
Sin siquiera responder,
a los mensajes que envié...

Pues adiós,
Gracias por la traición,
Te deseo buenas monedas de plata,
Un amor que sea flor y nata,
Y que tu corazón,
No conozca los puñales repentinos,
Ni los cupidos ocasionales,
Que sin medrar siquiera motivo,
Te espetan: "mejor no haberte conocido",
Quizás te falta reflexionar más,
Pero ya es igual,
Es tarde,
Vendrá otro peor...



*Idus de marzo: Fue cuando asesinaron a Julio César, me permití la licencia de utilizar Idus de Mayo, que es el mes en el que estamos.

Comentarios