Mi obra

Principios duros crudos,
Como un invierno en Alaska,
Mucho trabajo poco fruto,
Pero no perdí las ganas,

Recibía casi nada,
Sólo me leía Carla,
Y poca gente más,
Vibraba los días,

Que conseguía 10 visitas,
Yde repente un buen día,
Llegué a las cien,
Pero no me instalé en el bien,

En el confort,
En el relax de haber conseguido lo impensable,
Os tenía a vosotros,
Mi apoyo,

Mi hombro sobre el que vertir,
Lo que emana mi alma,
Y sin prisa con mucha calma,
Seguí escribiendo poemas.

Y llegué a las mil,
Y como si de las mil y una noches se tratara,
Vivía mi particular cuento de hadas,
Y esto parece no tener fin.


Ahora se aproxima el culmen,
La cima,
La guinda de este pastel llamado vida,
La flor innata de mi obra.

Mi libro,
Algo más que un diploma que colgar en el pasillo,
Para poder decir a mis hijos,
Cariño... Tu padre era poeta.

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