Se marchitaron

Tras la compra,
De tres rosas,
Blancas,
Al florista del mercado,
Hoy ya se marchitaron,
No queda nada de ellas,
Como lucían sus pétalos,
Desbordaban aroma,
Pero la persona,
A las que iban dirigidas,
Puso fin a la mentira,
Y las quiso rechazar...

No la culpo,
Es normal,
Nunca fui buen pretendiente,
Aunque la maldiga entre dientes,
Por mi flor rechazar...
Ahora huelen a podrido,
Pero me sabe mal desechar...
El único detalle que he tenido...
Con esa mujer fatal.

Y no es que sea de comprar rosas,
Ya que siempre se marchitan,
Tampoco tengo reina,
Nadie las necesita,
Pero tras exigirme una muestra de cariño,
Este ser indigno,
Se dirigió a la floristería,
Compró lo que la otra quería...
Y al final se le olvidó...
Con las rosas el se quedo,
Y era él quien no las quería. 

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