Laia 08-08-2012

Un poema recuperado de las garras del olvido:

Sé que lo que hacemos está mal,
No me juzgues con dureza,
Pero no te quito de mi cabeza,
Y la quiero dejar,

Sé que dirás que es mi amiga,
Sé que dirás pobre Andrea...
Pero te quiero en mi vida,
Ahora la encuentro más fea,

La culpa no es mía ni tuya,
La culpa es solo de ella,
Por presentarme a una amiga suya,
De entre ellas la más bella,

Y sé que coqueteamos desde casi el primer día,
Sé que es mutuo no lo niegues,
Aunque te deba costar,
Acostarte con quien quieres,

Sabiendo que la puedes dañar,
Pero no te frustres mujer abeja,
Que la pena valdrá,
Cuando puedas le aconsejas,

Que me debe dejar,
Ella es una arpía,
No lo puedes negar,
Yo solo busco una salida,

Y poderte probar,
Sentir la calidez de tus piernas,
Las muecas que hagas cuando consiga entrar,
Hacerte sin piedad sudar... Hasta que te duermas,

Llámame loco o llámame valiente,
Por dejar todo lo que tengo,
Por la mujer que tengo en mente...
Cambio princesa por penco,

Y espero que al final no me falles,
Ya que el amor creo que hallé,
En tu amarillo y blanco,
Ya no pienso en el ayer,

En esa gran superfície,
Donde por primera vez te logré ver,
Donde esta estima te procese...
Hoy la dejaré tranquila... No soy un santo.

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