Dueña de los mil reproches
Tantos años he pasado ya, En el frente de batalla, Que aprendí a acallar, A esa fiera trasnochada, A esa mujer bipolar, Que no servía para nada... Y cuando no quedaba fe, Año en ciernes, No me pude creer, Se iba a marchar, O la invitaron a irse, Yo pensé que era yo, El que estaba en la rampa, Jamás pensé que la dama, Iba a ser derrotada, por un humilde caballero, Que jamás desenvaino espada, Y que sólo con trabajo... ella acabó domesticada...