Dura prohibición

Me auto-impuse,
Olvidarte,
Por decreto ley,
Amarte...
Era encerrarme,
En un trono,
Del cual no puedo ser rey,
Abdico,
Me prohíbo,
Recordarte,
Me hice republicano,
Para mantenerme alejado,
De tu oligarquía,
Llamada dependencia emocional,
Y es que tanto de ti dependía,
Que mi vida daría,
Por uno de esos besos,
Aunque luego fueras fría,
Con recesos,
Dada a los excesos,
En otros brazos,
Sé que mi regazo,
No era suficiente,
Para ti,
Mujer pudiente,
Que sin fin,
Reclamas a otros machos.

Será que la miel,
De tus labios,
No es para corazones vacíos,
Y no soy quien,
Para reclamarlos,
Pero fui tan feliz,
Al entrechocarlos,
Cruzar nuestras lenguas,
Que cual espadas ardientes,
Batiéronse,
En un duelo entre dientes,
Sin un claro vencedor...
Hace falta valor,
Ya que tu sabor,
Se rememora,
Cuando beso a otra,
Y con perdón,
Lo tuyo siempre fue mejor,
Y mi boca no se equivoca,
Resulté ser perdedor.

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